lunes, 19 de enero de 2009

Mi luz, mi niña.

Sigo día tras día caminando con mi luz, con mi niña, haciéndonos mas fuertes, mas valientes para afrontar nuestros miedos, la alegría nos envuelve y nos sigue en nuestro caminar, no hay dolor ya para el recuerdo, no hay sitio para la tristeza.

Cada día noto mas su fuerza, su valentía, sus ganas de sentir y de vivir, mi luz se esta recuperando y cada día es mas brillante y acogedora, me siento orgulloso al percibirlo pero a su vez me siento apenado porque se que este camino el cual recorremos día a día no es su camino, ella proviene de otro, al cual tuvo que abandonar a causa del sufrimiento que se causaba, tubo que hacerlo porque no podía soportar el estar en el sin ver un futuro, quedo sin fuerzas y esperanzas.

Se que algún día volverá a el, se que mi cometido a su lado es darle fuerzas de nuevo, darle seguridad en si misma, darle amor para que cure su corazón, hablamos mucho, conversamos mientras recorremos este camino iluminado ahora por esta harmoniosa luz, no puedo por mas que ocultarle día a día su futuro, noche tras noche miro las estrellas mientras mis ojos humedecen al recordar que ella un día tendrá que volver a su camino, mas fuerte y valiente para afrontarlo con alegría, ilusión y decisión.

No puedo decírselo ya que ha de ser así, ella sola ha de hacerlo, yo, solo puedo acompañarla en el caminar hasta que uno de estos días su luz deje de iluminar mi andar.

Ahora, ese día ha llegado y mi luz, mi niña, no quiere dejar de alumbrarme, se siente apenada por mi, preocupada al pensar que este prisionero sentirá dolor por ella., Mi niña, no estés triste, en todo el tiempo que llevo caminando por mi sendero el dolor se ha hecho mi aliado, lo necesito para vivir, lo necesito para sentirme vivo entre tanta oscuridad y frío, este dolor tan temido ahora es el encargado de hacerme recordar quien soy, un prisionero del amor y el sufrimiento que no podrá abandonar su camino, mi niña no sientas tristeza por mi, porque al verte fuerte de nuevo me haces feliz a mi.

Tu corazón late por tu camino, tu corazón esta preso en el, no vaciles en ir en su busca, n o vaciles en alejarte de mí, yo siempre estaré aquí, yo siempre te buscare entre las estrellas y mis lágrimas se convertirán en besos para ti.

Seguiré a tu lado, no te abandonare mientras sigas aquí, no te causare dolor como te prometí, no seré yo quien se aleje, seguiré caminando hasta que un día tu luz ya no alumbre mi andadura.

Ahora, esa espada de doble filo esta clavada en mi corazón, dándome dolor y tristeza, dándome amor y alegría.

Tiene que ser así, es simplemente la vida y hay que sentirla.

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