martes, 10 de marzo de 2009

Duela lo que duela.

Hoy estoy dolido, hoy sufriré en silencio, ese silencio que me envuelve día a día, ese silencio lleno de pensamientos y preocupaciones, alegrías e ilusiones, ese yo interior, ese yo sensible a esta vida llena de egoísmo y maldad, ese yo que no suele salir sino es por la confianza que se me presta, seguridad y tranquilidad ofrecida, una vez fuera, queda expuesto al dolor, a la decepción, a la vida en todas sus facetas.

A veces me gustaría ser egoísta, pasar pagina de los acontecimientos diarios, me gustaría ser inerte a los problemas o necesidades ajenas, pero algo en mi me lo impide, algo en mi hace que eso no ocurra e intente ayudar en lo posible, algo que me hace fluirme en esas preocupaciones como si de mi se tratara, sufrir como si mías fueran, y en parte, así lo son, las absorbo he intento remediárselas a quien pertenecen sin pedir nada a cambio, sin querer nada mas que la tranquilidad ajena, la vuelta a la normalidad, la fuerza de seguir en este nuestro mundo.

Unas letras es lo que soy, una voz en vuestra mente al leerlas, una imagen en vuestra imaginación, un alma que deambula día a día, que se alimenta en su intento al ayudar, un alma que se divierte también con sus travesuras cuando se le permiten.

Unas palabras que provienen de un hombre sentado en su silla que vuela con ellas donde se le requiere y permanece ahí mientras se le es necesario.

Lo siento, Mentí, al decir que no pedía nada a cambio, en realidad lo único que pido es que no me dañen, ese, mi dolor, es algo al cual no puedo ayudar.

Duela lo que duela siempre estaré aquí, sentado en mi silla a merced de mis amistades, a la espera del vuelo de mi mente, a la rotura del silencio por el tecleo de mis dedos, sonido por el cual mi alma escapa y mi interior fluye.

Duela lo que duela aquí sigo.
Duela lo que duela seguiré sintiendo.

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